LA FORJA
Anocheció
sin la promesa del alba. En el encierro de una obscuridad perpetua, similar a
la de un féretro. Las estrellas se apagaron como fósforos bajo la lluvia de mis
ojos. Y el silencio simulaba gobernarlo todo.
Y sin embargo la forja siguió encendida, latiendo bajo las blancas cenizas sin perturbar las lóbregas sombras, sin que el eco repitiese sus latidos para no despertar a los muertos.
Y sin embargo la forja siguió encendida, latiendo bajo las blancas cenizas sin perturbar las lóbregas sombras, sin que el eco repitiese sus latidos para no despertar a los muertos.
El alba ha vuelto, tu sonrisa lo ilumina todo, y en la forja arden nuevas
llamas, que funden los viejos sueños y la noche se aparta.
Fotografía: Ale Venegas.
Mi corazón
es una forja ardiente,
late por ti.
EL ZOMBI
EL ZOMBI



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